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El arte de Miguel Ángel Buonarroti

La Plaza del Capitolio de Miguel Ángel en Roma

La plaza del Capitolio de Roma de Miguel Ángel es uno de sus proyectos arquitectónicos y urbanísticos con más trascendencia de toda su producción.

Quizá sólo le supere la icónica cúpula de San Pedro en el Vaticano, imitada por muchos arquitectos tras la ejecución de Michelangelo Buonarroti en Roma.

Piazza del Campidoglio Roma Michelangelo
Grabado de Étienne Dupérac con el proyecto de Miguel Ángel para la Plaza del Capitolio de Roma, año 1568

La ciudad de Roma al final de la Edad Media

Roma había sido la capital de un gran imperio en la Antigüedad, decorada con las mejores construcciones en cuanto a magnificencia, dimensiones y calidad en los materiales. Pero de aquella fastuosa urbe imperial que alcanzaba el millón de habitantes quedaba muy poco en la época de Miguel Ángel.

Se estima que en 1500 vivían en Roma unas 50.000 almas. Era una ciudad en reconstrucción desde la vuelta del Papa Martín V en 1420 a la sede vaticana, después de la larga estancia de más de un siglo de la institución pontificia en la ciudad francesa de Aviñón.

Pero, además de rehabilitar los edificios vinculados al Sumo Pontífice, dueño y señor de Roma, había que recuperar las construcciones vinculadas a las instituciones civiles de la ciudad eterna.

La colina del Capitolio, corazón de Roma

En lo alto de la colina del Capitolio se situaba el centro geográfico y ceremonial de la Antigua Roma. Abandonado durante la Edad Media como otros lugares de la capital imperial, el Capitolio era básicamente una zona de pasto de cabras. Era conocida como Monte Caprino por ese motivo y apenas sobrevivían los restos del Tabularium romano.

Precisamente en el siglo XII los ciudadanos de Roma escogieron establecer la sede de su ayuntamiento en las ruinas del Tabularium. El nuevo senado de Roma, el Senatus Romanus, se reunía dentro del edificio, mientras que en su explanada se podían reunir los asistentes a las ceremonias y eventos cívicos.

A lo largo de los siglos siguientes se construyeron edificios adyacentes a la plaza para mejorar los servicios de la ciudad. Uno albergaba la sede de los banderesi, los capitanes de la milicia de la ciudad. Y en 1453 Bernardo Rossellino comenzó la construcción del Palazzo dei Conservatori por orden del papa Nicolás V. El edificio no formaba un ángulo recto con el Senado, sino que se abría de forma oblicua, facilitando la perspectiva desde la rampa.

A pesar de las intervenciones, la plaza del Capitolio (o Piazza del Campidoglio en italiano), no estaba a la altura de la dignidad de la ciudad. En 1535 el emperador del Sacro Imperio Germánico Carlos V visitó Roma, pero no pudo acercarse al Capitolio. Se había decorado con adornos temporales que más que realzar la belleza, ocultaban las carencias del lugar, pero el barro del acceso hizo imposible llegar a la plaza del Senado de Roma.

Así que en 1537 el papa Pablo III necesitaba actualizar la arquitectura y el urbanismo del corazón de la ciudad de Roma. Fue el comienzo de la remodelación de la Plaza del Capitolio de Miguel Ángel.

El urbanismo de la ciudad del Renacimiento

El Humanismo del Renacimiento tenía su eco en la arquitectura y el urbanismo. El orden, el equilibrio, la simetría y la belleza se aplicaban también a la ciudad.

En principio, sólo se podía actuar sobre los edificios y las fachadas que hermoseaban el entorno de la ciudad. Pero existían algunas intervenciones más ambiciosas dispuestas a ordenar plazas en los centros medievales según criterios de la arquitectura del Renacimiento.

Quitando las ciudades utópicas de tratadistas como Filarete y su ciudad ideal de Sforzinda, existen algunos ejemplos de urbanismo renacentista que se construyeron en la realidad. La Piazza Ducale de Vigevano en la provincia de Pavía se articula en cuatro lados regulares con arcos porticados y una iglesia. En Pienza Bernardo Rossellino construyó una plaza trapezoidal para Pío II Piccolomini. Y en Venecia, la Plaza de San Marcos comenzó a urbanizarse a finales de siglo XV.

Pero el proyecto de la Plaza del Capitolio de Miguel Ángel en Roma era totalmente novedoso dentro de la planificación urbana.

La estatua ecuestre de Marco Aurelio y Miguel Ángel

El pontífice Pablo III decidió incluir la estatua ecuestre de Marco Aurelio, hasta entonces en la Piazza de San Giovanni, en medio de la Piazza del Campidoglio de Roma. La escultura se había conservado durante la Edad Media porque se había asociado a Constantino, el introductor del cristianismo en el Imperio Romano de forma oficial.

Aunque ya se había determinado la verdadera identidad del emperador, se respetaba la figura de Marco Aurelio, como un gran representante de la filosofía estoica en sus Meditaciones. Además, la estatua de Marco Aurelio marcaba el paso del poder imperial al poder papal, señalando esta continuidad por la colocación en la colina capitolina. Se unía la Roma Antigua y la Roma Papal contemporánea a través de una excepcional escultura ecuestre en bronce, admirada por su enorme calidad.

Michelangelo Buonarroti no estaba de acuerdo con colocar esta obra de arte en medio de la nueva plaza, pero era una exigencia innegociable. Así que tuvo que diseñar un nuevo pedestal para la estatua ecuestre.

Hoy la gigantesca escultura original de Marco Aurelio se conserva dentro de los Museos Capitolinos de Roma. En el centro de la plaza del Campidoglio hay una reproducción de la estatua ecuestre.

Una obra urbanística de Miguel Ángel para el Renacimiento en el Capitolio de Roma

Miguel Ángel Buonarroti debía articular el espacio en torno a cinco elementos preexistentes. Estos eran: el Palacio del Senado, el Palazzo dei Conservatori, la recién situada estatua de Marco Aurelio, la parte trasera de la basílica de Santa María in Aracoeli de Roma y la explanada de acceso.

Con todos estos condicionantes, había que buscar un eje dominante definido por el Palazzo del Senato y la estatua de Marco Aurelio. A un lado estaba la línea del Palacio dei Conservatori, así que había que replicarla enfrente con otro edificio igual, formando una plaza trapezoidal.

Para Miguel Ángel la simetría era crucial. En una carta sin fecha afirma que la arquitectura sigue las mismas regalas que la figura humana. Cada elemento tiene que tener otro similar en espejo, siguiendo un eje.

Con este cierre de la plaza se daba la espalda al histórico Foro de Roma, que quedaba tras el edificio del Senado Tabularium. Y se abría hacia la basílica de San Pedro, auténtico centro espiritual y político de la ciudad.

La rampa que asciende la colina del Capitolio, la cordonnata, sube ligeramente hasta la Piazza del Campidoglio, en un eje que respeta visualmente la posición oblicua de los edificios del Senado y dei Conservatori. Giaccomo de la Porta, heredero del proyecto tras la muerte de Miguel Ángel, se encargó de estrechar los últimos tramos de la rampa escalinata, anticipándose a los efectos del barroco.

El edificio del Senado de Roma de Miguel Ángel

El principal edificio de la plaza es el que pudo intervenir en menor medida Miguel Ángel. Del arquitecto florentino son, sin duda, la escalera que recorre la fachada hacia cada lado, dejando en el medio una exedra con estatuas clásicas de dioses-ríos. Cavalieri, colaborador de Michelangelo, creó el resto de la fachada, pero sin el orden ni la estratificación de la superficie que había planteado el maestro.

La sobriedad de la arquitectura de Miguel Ángel se rompió con la actuación de Della Porta, que quitó el balcón y decoró más ventanas.

En vida del artista Miguel Ángel se quería derribar la torre asimétrica del edificio medieval, pero no se pudo hacer hasta que en 1577 un rayo destruyó este elemento. En 1583 Martino Longhi se encarga de colocar la nueva torre en el eje central.

Palazzo del Senato Roma Michelangelo
Palacio del Senado de Roma, Michelangelo Buonarroti

La arquitectura de Miguel Ángel en el Palazzo dei Conservatori

Sin duda, la gran intervención puramente arquitectónica de Miguel Ángel está en el Palazzo dei Conservatori. Se conservó el edificio anterior, pero se realizó una fachada monumental. Su diseño es entre 1538 y 1546, aunque no se comenzó hasta 1563.

Son dos pisos de idéntica altura que se cubren de una gran cornisa balaustrada y se unen gracias a un orden gigante de pilastras corintias. Así se divide y anima toda la fachada, se ordena en planos verticales y horizontales, con un pórtico inferior y una línea de ventanas protagonistas en el primer piso.

Una gran ventana del primer piso marca un eje central. Pórticos, ventanas, cornisas, entablamentos, pilastas…son todos los elementos arquitectónicos que crean efectos de luces y sombras en esta fantástica estratificación.

En el lado de enfrente el Palazzo Nuovo repite esta fantástica arquitectura.

Ambos edificios, que forman el Museo Capitolino y el Musei dei Conservatori, forman parte de los Musei Capitolini (Museos Capitolinos). En ellos se puede admirar tesoros de la colección como la Loba Capitolina.

Para comprar los tickets de los Museos Capitolinos, éste es el enlace.

Palazzo dei Conservatori Capitolio Roma Michelangelo
Miguel Ángel, Palazzo dei Conservatori Piazza del Campidoglio

Una larga obra arquitectónica de Miguel Ángel

Aunque el centro cívico de Roma requería un nuevo espacio a la altura de la historia milenaria de la ciudad, las arcas públicas eran más bien deficientes. Por eso la obra de la Plaza del Capitolio de Miguel Ángel tardó muchos años en finalizarse. En el siglo XVII, tras las actuaciones de Miguel Ángel, Cavalieri, Della Prota o Longhi, la plaza se terminó, manteniendo con bastante fidelidad el plan original.

Pero no fue hasta 1940 cuando se completó el pavimento geométrico de Michelangelo Buonarroti según el diseño del grabado de Étienne Dupérac.

Con todo, el resultado es el de una plaza monumental y sobria, a la altura de la ciudad de Roma, la del Imperio y la de los papas.

Una plaza, la del Capitolio, que representa la dignidad eterna de Roma con su urbanismo moderno y simétrico. Era el poder de la Civitas en contraposición con el del “Urbi et Orbi” del Estado Pontificio del Vaticano.