La serie Leonardo se está emitiendo en España en Televisión Española. Esta producción audiovisual liderada por la RAI italiana junto a más productoras europeas cuenta la historia de Leonardo da Vinci.
A lo largo de los capítulos toma muchos aspectos de la vida de da Vinci y de su arte y los combina con otros acontecimientos ideados por los guionistas. Así, entre el Leonardo aprendiz de Verrocchio o el creador de la Última Cena se incluye una posible realización de la Gioconda o una historia de amor y amistad con una modelo.
Tampoco se quiere recrear todos los acontecimientos de una forma absolutamente fiel. De ser así, el artista Miguel Ángel debería de tener la nariz torcida. Un puñetazo de su compañero de formación, Torrigiano, le había roto la nariz, una señal que era bien visible en su rostro.
El arte de Florencia en la serie Leonardo
Cómo no, para hablar de la producción artística y de la biografía de Leonardo toca mirar hacia lo que sucedía en la Italia del Renacimiento.
En el episodio 7 de la serie Leonardo, el protagonista, encarnado por Aidan Turner, está en Florencia, la ciudad donde se formó como artista. Están a comienzos de siglo XVI. Concretamente en el año 1504.
El maestro da Vinci es uno de los grandes artistas de su tiempo. Su fresco de la Última Cena de Milán lo ha convertido en el maestro de todos los pintores. Por fin es el referente para los demás creadores.
El David de Miguel Ángel en la serie Leonardo
Pero estamos en 1504 en Florencia y sucede uno de los acontecimientos más trascendentales para la historia del arte. Un joven artista florentino, Miguel Ángel, ha presentado su gigantesco David.
Había un bloque de mármol en las canteras del Duomo de Firenze. Se trataba de un cubo estrecho y alargado, destinado a decorar un pináculo de la catedral con la imagen de un profeta.
Desde hace medio siglo, otros artistas intentaron sacar una figura bíblica de su interior, sin fortuna. En la serie se le ofrece el bloque a Leonardo, cosa que es incierta, o al menos no está documentada.
Pero el joven Michelangelo Buonarroti sí que se atreve a finalizar este encargo. Del interior del mármol obtiene la fastuosa escultura del David. La admiración técnica y estética es tan grande que se desecha su lugar original para colocar la estatua en la Piazza della Signoria, como un símbolo de la ciudad.
Genio de la Victoria de Miguel Ángel Buonarroti en el Palazzo Vecchio de Florencia
Virgen de la escalera relieve del joven Miguel Ángel en Florencia
Reproducciones del David de Miguel Ángel, escultura de Florencia
La escultura non finita de San Mateo
Todas las obras de escultura de Miguel Ángel: proceso creativo
La escultura del David de Miguel Angel
Una comisión de artistas, con lo mejor de la ciudad, propuso que la estatua del David de Michelangelo se exhibiese en la Loggia dei Lanzi. En este pórtico se encuentran hoy el Perseo de Cellini o el Rapto de las sabinas de Gianbologna. Los artistas eran Sandro Botticelli, Andrea della Robbia, Leonardo da Vinci, Perugino, Piero di Cosimo y Cosimo Rosselli.
Según la serie, Leonardo se opone a que la escultura se traslade a la Piazza della Signoria. Pero la historia sólo indica que no quería que ocupase el espacio ante el Palazzo Vecchio, como el resto de los artistas. Miguel Ángel Buonarroti consiguió que su obra maestra se exhibiera hasta 1873 en el lugar preferente que es la entrada a la sede del gobierno de la ciudad.
Leonardo contra Michelangelo o la batalla de la pintura
En 1503 la Signoria encargó a Leonardo da Vinci el fresco que conmemorase la victoria de Florencia en la Batalla de Anghiari. La pared del Salone de los Quinientos del Palazzo Vecchio sería el soporte de este fresco.
Los comitentes sabían del carácter caprichoso de Leonardo da Vinci. Por eso, el contrato exigía que en febrero de 1505 tenía que estar acabado. Tal y como se indica en la serie con las burlas de Michelangelo y sus colaboradores, los contemporáneos de Leonardo conocían la facilidad del maestro renacentista para abandonar sus proyectos.
Como la pintura al fresco exigía una rapidez en la aplicación de los pigmentos antes de que se secara la pintura, Leonardo inventó un proceso novedoso. Consistía en poner cera a la mezcla. Esta experimentación funcionó en un principio, pero a los pocos meses se vio cómo la obra se deterioraba.
En tanto, en verano de 1504, Michelangelo firmó con la Señoría la ejecución de otro fresco, la Batalla de Cascina. Aunque nunca llegó a realizarlo, ya que se marchó en 1505 a Roma, llamado por los encargos de la corte papal.
¿Cómo sabemos como eran los frescos de Leonardo y Miguel Ángel?
Si los frescos de Leonardo y Michelangelo no existen hoy en Florencia, ¿cómo sabemos el aspecto de las pinturas? Porque euedan las copias de los cartones preparativos de ambas piezas.
En el de la Batalla de Cascina se observa cómo Michelangelo crea un concepto novedoso de las pinturas de batallas. No hay lucha, no hay soldados vestidos, no hay un carácter militar. Es una milicia florentina que se estaba bañando en un río y que es llamada para entrar en batalla. Los cuerpos desnudos reaccionan con múltiples movimientos, es un catálogo anatómico para los artistas de su tiempo y las generaciones posteriores.
Por otro lado, se ha demostrado recientemente que la pared que debía de albergar la Batalla de Anghiari ya no contiene ninguna pintura de Leonardo. Tal sería el desperfecto en el fresco que se no se conservaron. En este caso, por suerte, circulan algunas copias de la obra de Leonardo, como un dibujo de Rubens.
La admiración mutua entre Leonardo da Vinci y Miguel Ángel Buonarroti
La Batalla de Cascina era el reto que necesitaba Miguel Ángel (1475-1564) para medirse con el maestro Leonardo (1452-1519), de una generación anterior. En obras contemporáneas como el Tondo Doni se demuestra la influencia del de da Vinci en Michelangelo en los temas, en las composiciones. Era imposible no resistirse a la capacidad creativa de Leonardo.
Pero Leonardo también reconocía el arte de Miguel Ángel. De hecho, tras la competición de los frescos de Florencia, recuperó sus estudios anatómicos. Especialmente, en los cuerpos musculosos. Es probable que la capacidad técnica de Michelangelo en la representación de los cuerpos viriles masculinos lo llevase a querer estar a la altura de este nuevo genio que aparecía en el arte italiano.
Por eso la escena final del capítulo 7 de la serie Leonardo, con la admiración de los dos genios, es bastante verosímil.